La información, un recurso desaprovechado

“la única cosa en el mundo que cuesta más que la información es la ignorancia”.- John F. Kennedy

La información, un recurso desaprovechado

La actividad básica de la mayoría de las empresas consiste en la gestión de los diferentes recursos (materiales financieros y humanos) y procesos (producción, compras, ventas, etc.) que la constituyen, con el fin de satisfacer una necesidad o demanda del cliente y obtener así unos beneficios económicos.

Uno de los recursos que no se gestiona conscientemente, a pesar de que está presente en todos los procesos relacionados con la actividad empresarial, es la información. Nos encontramos, por tanto, con un recurso de gran importancia intrínseca pero deficientemente gestionado; en definitiva, desaprovechado.

Para una empresa, sea del tamaño que sea, este escaso o deficiente uso de la información es el que genera mayores costes:

  • pérdida de clientes por desinformación acerca de sus nuevas necesidades o cambio de hábitos, desplazamiento del mercado por falta de innovación tecnológica o desconocimiento de los nuevos competidores y nuevos productos que sustituyen a los propios.
  • encarecimiento de la financiación por desconocimiento de las ayudas públicas existentes.
  • estancamiento en el desarrollo y evolución de los productos por desconocimiento de las tendencias del sector y de los productos de la competencia.
  • etc.

Estos que acabamos de citar son algunos ejemplos de lo que podemos llamar “costes de la no información” Por tanto, si la empresa quiere mejorar su posición en el mercado, esta es una de las cosas que debe empezar a cambiar.

El estudio de los factores de éxito de las empresas más competitivas evidencia que uno de los recursos considerados por éstas como imprescindible es la información.

La empresa debe afrontar en la actualidad nuevos retos, que la obligan a mejorar su sistema de gestión. El mercado demanda nuevos valores, como la calidad y la satisfacción del cliente, las administraciones exigen cada vez más que los productos sean seguros y respetuosos con el medio ambiente, y las nuevas tecnologías obligan a la adaptación continua. Por otra parte, la empresa debe competir con otras procedentes de distintas zonas geográficas y sectores, como consecuencia de la globalización de la economía.

Por ello, seguir gestionando la empresa como siempre no es una garantía de continuidad en el mercado. Para responder a todos los retos que esta nueva situación nos impone, la empresa debe hacer un esfuerzo de adaptación e innovación no solo tecnológica, sino también de asimilación de nuevos conocimientos.

En este contexto, la información para la toma de decisiones se constituye en parte fundamental de los recursos intangibles de la empresa, recursos que cada vez son más imprescindibles para asegurar el éxito de la empresa, y que, no se pueden adquirir directamente, como la energía o los materiales.

La obtención y asimilación de la información procedente del entorno de la empresa así como la utilización racional de las fuentes internas se ha demostrado que es un factor que contribuye en gran medida al éxito de la empresa.

En efecto, conocer mejor a nuestros clientes actuales y detectar a los potenciales; descubrir nuevos proveedores, así como la situación de los actuales, seguir atentamente las acciones de nuestra competencia, anticiparse a la entrada en vigor de determinadas disposiciones legales,  o conocer los gustos de nuestros clientes y su evolución, contribuye sin duda alguna a mantenerse y mejorar la posición en el mercado.

La importancia de la información se multiplica de forma exponencial cuando hablamos de los mercados exteriores, donde la empresa se mueve en un entorno extraño a sus habituales formas de actuación. Y, en los mercados internacionales, el coste de la “no información” se multiplica también de forma exponencial.

En cualquiera de los casos, se trate del mercado nacional o internacional,  es necesario tener la información necesaria para soportar adecuadamente la decisión empresarial: pasar de la fase del desconocimiento total a la fase de incertidumbre, y de la fase de incertidumbre a la de riesgo empresarial.

DESCONOCIMIENTO - INCERTIDUMBRE - RIESGO EMPRESARIAL

Disponer de información es lo que va a diferenciar el riesgo propio de cualquier decisión o iniciativa empresarial, del juego de azar, dependiente únicamente de la aleatoriedad o la voluntad de los dioses y el destino, como lo queramos denominar.

El éxito de su empresa está en juego: Información o azar, esa es la diferencia

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Teresa Vigón

Teresa Vigón

Directora Internacional
Grupo FUTUVER

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