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Blockchain, el Registro de la Propiedad y otros Registros Públicos

Querer gestionar un Registro Público con Blockchain

Hace algunos meses participé en el comité Latinoamericano de consulta registral en Costa Rica y tuve la oportunidad de presentar una ponencia para hablar de mis experiencias personales en proyectos de modernización registral. Al compartir con los asistentes algunas lecciones aprendidas, mencionaba que a veces la tecnología seduce más allá de lo saludable y entre otros ejemplos, alertaba muy por encima acerca del advenimiento de la nueva moda ‘Blockchain’.

A pesar de mi incredulidad acerca de que esta tecnología pueda aportar valor práctico en el corto y medio plazo a los Registros Públicos, he de reconocer que la creciente ola de noticias que vinculan a Blockchain con los registros no me deja indiferente. Es por ello que quiero compartir desde este artículo mis propias reflexiones acerca del asunto, advirtiendo al lector de que no soy una experta en Blockchain, aunque la proporción entre mi nivel de conocimiento y la madurez de la tecnología es razonable.

No quiero contar en este escrito lo que el lector podrá encontrar en una sencilla búsqueda en internet acerca de Blockchain, Bitcoin y Satoshi Nakamoto, aunque insto a quien no lo haya hecho a que busquen, lean el escrito con el que Satoshi Nakamoto comentó la idea en un foro de criptografía y todo lo que devino después, es muy interesante.

Empezaré por decir que en mi opinión (y no soy la única que opina de esta forma) Blockchain no es una tecnología, sino una idea acerca de cómo utilizar tecnologías conocidas y probadas para dejar constancia de “algo” en una base de datos que no se pueda borrar, que no necesita ser mantenida por nadie en concreto y a la vez necesita ser mantenida por todos aquellos interesados en que dicha base de datos exista y sea fiable.

En el ámbito del Registro y casi desde una perspectiva filosófica, todos los ciudadanos estamos interesados en que exista una base de datos fiable que sirva para probar la existencia de nuestros derechos, así que de momento la idea encaja. Actualmente, los ciudadanos pagamos unos impuestos, tasas, derechos, etc. que sufragan los costes de mantenimiento de los ordenadores que contienen esa base de datos “centralizada”.

Uno de los pilares de Blockchain es sustituir la centralización de los datos por la “descentralización”, de manera que los datos no residen en un único sitio físico, sino en todos los ordenadores de la red. Este pilar trae consigo una serie de consecuencias positivas en términos teóricos, por ejemplo, que esta base de datos sería mucho más resistente a posibles ataques, ya que sería necesario atacar a todos los ordenadores que la contienen a la vez (en realidad existe una proporción calculada al respecto). 

¿Sería entonces posible que todos los ciudadanos fuésemos ese conjunto interesado en mantener una base de datos distribuida y mucho más inatacable que la que tenemos actualmente en los registros públicos?

 ¿Podríamos mantener entre todos los ciudadanos esa base de datos “de todos y para todos” destinando la parte proporcional de mis impuestos, tasas o derechos registrales que pago actualmente, para mantenerla?

Sólo responder a estas dos preguntas necesitaría de muchos artículos de índole política, jurídica, financiera, fiscal, etc. Pero la respuesta técnica actualmente es que NO.

El mantenimiento de una base de datos Blockchain, requiere por su concepción de una alta capacidad de procesamiento en los nodos de la red. Una capacidad con un coste que la mayoría de las personas no podemos pagar, es por eso que el universo de los interesados en el mantenimiento de una base de datos distribuida con Blockchain, no coincide con los interesados en los datos de dicha base de datos. Como casi todo lo que hacemos los humanos, las personas que mantienen los nodos de una red blockchain tienen un incentivo para realizar este trabajo y os aseguro que no es filantrópico, se llama cryptomoneda.

bitcoin

Debajo de toda red Blockchain existe una cryptomoneda como Bitcoin, Ether, etc. Las personas que mantienen las redes Blockchain tienen como incentivo ganar dinero, porque la cryptomoneda se cambia por dinero, existen numerosos sitios donde hacerlo.  La cuestión es que para ganar dinero compiten entre ellas a ver quién es capaz de grabar la información en la base de datos antes que los demás, el que primero lo consigue se lleva el premio en forma de cryptomoneda. A estas personas se les conoce como “mineros” y el término “minar” se refiere al acto de “competir” por grabar los datos en la base de datos.

Existen grandes granjas de ordenadores montadas por personas que se dedican a esto y que ganan dinero, supongo que mucho, porque la inversión es enorme. El debate ético acerca del gasto energético desproporcionado y lo insostenible de la idea, ya está encima de la mesa.

Pero las aparentes ventajas de Blockchain están ahí, como también lo están los problemas no sólo éticos sino técnicos, ya que los problemas de consumo energético son derivados de la concepción técnica de la idea blockchain. La idea de “competir” por grabar primero el dato en la base de datos está en el centro del problema. ¿Cómo se compite por el derecho a grabar el dato y por consiguiente por la recompensa monetaria? Pues poniendo a un ordenador a resolver un problema “matemático” que en realidad no es necesario resolver salvo para demostrar que he sido capaz de resolverlo antes que los demás. Se llama “Proff Of Work”.

El análisis de este conocido problema ha llevado a la comunidad a plantearse nuevas formas de “competir” y crear otros algoritmos como “Proof of Stake”, que consumen menos pero que generan una base de datos menos segura.

Se habla también y por lo visto se invierte en redes Blockchain privadas, lo cual me rompe algunos esquemas, porque si son privadas en el ámbito de los registros y si no hablamos de los ciudadanos (que ya los hemos descartado) ¿De quién hablamos? ¿Del propio registro? ¿De varias instituciones del Estado colaborando con todos sus ordenadores (que por cierto no les sirven los que tienen) para conformar una red Blockchain entre ellos? ¿No es esa concepción igual de atacable que las actuales infraestructuras de esas organizaciones?

Dentro de este panorama de reflexión técnica, surgido en un ámbito ajeno por completo al de los registros, aún intento desentrañar las posibilidades reales de aplicación a corto y medio plazo de Blockchain en los registros públicos, porque a pesar del enorme ruido que parece que hay, en esencia es sólo eso “ruido”, porque la única aplicación real en producción de la idea Blockchain es BitCoin. Se dice mucho que empresas y gobiernos están viendo muchísimas posibilidades detrás de esta tecnología, y no lo dudo, pero sigo intentando aterrizarlo en el ámbito de aplicación que conozco y sigue de momento sin encajarme.

A modo de reflexión, quiero compartir con el lector un par de datos muy interesantes. Grabar 1GB en una red Blockchain de las existentes cuesta UN MILLÓN DE EUROS. Guardar un dato en una red Blockchain de las existentes tarda como mínimo 10 minutos y en una red Blockchain con un algoritmo de consenso menos seguro puede tardar un poco menos. Pero ¡OJO! En Etherum, por ejemplo, puedes poner un límite de gasto cada vez que hagas una transacción, ahora sí cualquiera que pague más que tú grabará el dato primero.

Mi prioridad ahora está en entender cuál es el alcance en la aplicación de Blockchain que ven los que dicen “querer gestionar el Registro Público con Blockchain”. Creo que es posible empezar a imaginar nuevos servicios basados en Blockchain, pero aún no llego a ver cómo utilizar Blockchain para sustituir las aplicaciones de gestión por aplicaciones que usen esta “idea” y me atrevo a alertar a las personas que deban de tomar decisiones al respecto acerca de lo inmaduro de esta “tecnología”.

Un Registro Público de la Propiedad, Mercantil, de Bienes Muebles o Civil es mucho más que 4 datos guardados de manera que no se puedan borrar, eso lo saben bien los que conocen del registro. 

About the Author

Natasha Casanovas

Natasha Casanovas

Directora de Desarrollo Tecnológico del Grupo Futuver

Comentarios (4)

  • Rodrigo

    Rodrigo

    11 Mayo 2019 a las 16:16 | #

    Clarisimo, me encantó.

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  • ENRIQUE MONSALVE

    ENRIQUE MONSALVE

    10 Julio 2019 a las 19:31 | #

    Buenas tardes, una pregunta. ¿Cuál crees que es el futuro de los Registros Públicos, incluyendo notarios, con el crecimiento de esta "base de datos que no se puede borrar" con las redes Blockchain? A medida que las nuevas generaciones utilizan con mayor facilidad la tecnología, y con una base de datos como indicas, en donde ya no hay un apego al papel. ¿Serán actividades que puedan desaparecer? Muchas gracias.

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    • carmen

      carmen

      10 Septiembre 2019 a las 13:03 | #

      Hola, muchas gracias por su comentario. Desde nuestro punto de vista la existencia de la actividad Notarial y Registral bajo ningún concepto son actividades que puedan desaparecer. Estas tecnologías a las que hace referencia y otras simplemente pueden suponer cambios en la forma de almacenar la información, contrastarla, obtener pruebas, etc, pero la actividad notarial y registral no tiene esas funciones en exclusiva, ni siquiera son su objetivo principal. Ninguna de estas tecnologías desde mi punto de vista puede suplantar la actividad que realiza el notario en la comprobación de la capacidad de las partes, la asistencia al acto sin coacción o presión por otras personas así como el entendimiento que hace del objetivo que estas tienen y el consejo que el notario ofrece a las mismas acerca de la mejor manera de cubrir sus expectativas acorde al marco regulatorio del que se trate. Lo mismo sucede con la función registral. El registro no es un archivo custodiado que pueda ser suplido por una tecnología que “garantice” que los datos no se puedan borrar, sobre todo en los sistemas latinos, donde el sistema de seguridad jurídica preventiva y la función de calificación exige un conocimiento profundo y complejo de unas normas cambiantes y cada vez más dependientes que difícilmente pueda ser asumido por una tecnología al menos en el estado en que se vislumbra y en los términos en los que se redactan las leyes y las normas.
      Tal vez los sistemas de Inteligencia Artificial lleguen algún día a ser capaces de suplir esta labor, pero sinceramente no veo que esto se encuentre ni medianamente cerca.
      Un saludo,
      Natasha Casanovas

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  • integrador sistemas

    integrador sistemas

    13 Diciembre 2021 a las 09:48 | #

    Has dado en el clavo con este post , realmente creo que esta web tiene mucho que decir en estos temas . Volveré pronto a vuestro blog para leer mucho más , gracias por esta información .

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